Jeremías 42; 43 y 44
Dios trabaja por senderos misteriosos.
Cuando le pedimos dirección a Dios, esperamos que el nos diga el camino por el cual queremos ir, que nos diga lo que queremos escuchar, pero sus decisiones y sus pensamientos, son mas altos que nuestros pensamientos, y sus caminos más altos que nuestros caminos. (Isaías 55:8-9)
En muchas ocasiones Dios nos dirá que tenemos que hacer todo lo contrario a lo que nosotros queremos hacer, lo contrario a nuestros deseos. Lo que Dios quiere que hagamos puede ser que sea contra todo pronóstico e ilógico para nosotros pero es lo que El sabe que es mejor, aunque no lo podamos entender.
En Jeremías 42:2-3 el pueblo le pide a Jeremías que ruegue por ellos a Dios, y que le pida que les muestre el camino por donde debían ir y que les diga lo que tenían que hacer. Ellos prometieron que sea lo que sea que el Señor diga ellos lo iban a obedecer, ya sea bueno o sea malo, y diciendo que obedecerían a la voz de Dios para que en todo les vaya bien.
El Señor les habló a través de Jeremías y les dio las instrucciones que pidieron, esas instrucciones que ellos prometieron obedecer. El Señor les dijo que se quedaran en la tierra donde estaban porque los iba a bendecir y les iba a ir bien, pero lo que ellos deseaban era que el Señor les dijera que salieran de aquel lugar, y que se fueran a Egipto, porque tenían temor al Rey de Babilonia.
Dios les dijo lo que iba a acontecer si obedecían o no obedecían, si obedecían y se quedaban en la tierra les iría bien, si no obedecían y decidían irse a Egipto, lo que El les dijo que no hicieran, les iría mal. En el capítulo 43 podemos ver que ellos decidieron no obedecer y hacer lo que deseaban y Dios les dijo el mal que les acontecería.
Dios no quería que ellos fueran por ese camino, porque sabía que iban a perderse y que iban a adorar a otros dioses. Pero ellos dijeron cuando Dios les habló nuevamente para que se arrepintieran, que a ellos les iba mejor adorando a otros dioses, y que desde que dejaron de adorar otros dioses les empezó a ir mal.
Lo que el mundo tiene para ofrecer te hace estar cómodo pero fuera de la voluntad de Dios y lejos de El, toda esa comodidad es pasajera.
Aún sabiendo de su idolatría Dios tenía misericordia de ellos y esperaba que se arrepintieran hasta que no soportó más y les alcanzó la maldición que acarrearon por su desobediencia.
La verdad es que Dios desea lo mejor para nosotros, el desea que vayamos por el camino correcto aunque pensemos que nos ira mejor por el camino que deseamos ir, el conoce lo que es mejor y aunque parezca que no nos irá bien por ese camino, tenemos que confiar en El. Tenemos que obedecer a Dios a pesar de las circunstancias, aunque no entendamos el fin con el que Dios nos dice que hagamos las cosas, aunque no le veamos la lógica, tenemos que obedecerle.
Sarah Yuritza
